Precio del gas en 2026: Cómo te afectará el nuevo “Impuesto al Carbono” en la calefacción
Si algo hemos aprendido en los últimos años, es que la estabilidad en los precios de la energía es cosa del pasado. Sin embargo, mientras el precio de la electricidad tiende a estabilizarse gracias al auge de las renovables, el gas natural y el gasoil se enfrentan a un escenario opuesto de cara a 2026.
La razón no está en los mercados internacionales, sino en la normativa europea. El nuevo sistema de comercio de emisiones para edificios (conocido como ETS 2) ha activado la cuenta atrás para que las calderas domésticas empiecen a pagar por el CO2 que emiten.
¿Qué significa esto para tu bolsillo? Básicamente, que mantener una caldera de combustibles fósiles será progresivamente más caro a partir de este invierno. En este artículo analizamos cuánto podría subir tu factura y por qué la aerotermia se ha convertido en el único refugio fiscal para la calefacción.
¿Qué es el ETS 2 y por qué encarecerá tu caldera?
Hasta hace poco, pagar por “contaminar” era algo que solo afectaba a las grandes industrias y a las compañías eléctricas. Tú, como consumidor doméstico, pagabas por el gas que consumías, pero no por el daño ambiental que ese gas provocaba. Eso ha cambiado.
La Unión Europea aprobó la directiva que pone en marcha el Sistema de Comercio de Emisiones II (ETS 2) que tiene un objetivo claro: gravar las emisiones de CO2 generadas por la calefacción de los edificios residenciales y el transporte por carretera.
Cómo funciona el “Impuesto al Carbono” en tu factura
Aunque el pago efectivo de los derechos de emisión entrará en vigor con toda su fuerza en 2027, el mecanismo ya está impactando en el mercado desde finales de 2025.
Funciona de la siguiente manera:
- El proveedor paga: Las compañías que te venden el gas o el gasoil están obligadas a comprar “permisos de emisión” por cada tonelada de CO2 que sus combustibles generarán al quemarse en tu caldera.
- El usuario asume el coste: Como es lógico, las energéticas no asumen ese sobrecoste, sino que lo trasladan directamente a la factura final del cliente.
- Resultado: El precio del kWh de gas sube artificialmente mediante tasas, independientemente de si el gas está barato o caro en el mercado mayorista.
El mensaje de Bruselas es rotundo: quien contamina, paga. Y esto convierte a las calderas tradicionales en una opción económicamente insostenible a medio plazo frente a sistemas limpios como la aerotermia.
Previsiones: ¿Cuánto subirá el precio del gas en 2026-2027?
Aunque el mercado energético es volátil, el precio del carbono marca una tendencia clara y ascendente. Para evitar un shock social, las instituciones europeas establecieron un tope inicial de 45 euros por tonelada de CO2 hasta 2030, tal y como se puede leer en la nota de prensa que publicó el Parlamento Europeo explicando el acuerdo (“Climate change: Deal on a more ambitious Emissions Trading System”).
Sin embargo, ¿cómo se traduce esto en tu factura mensual? Los expertos estiman que la repercusión de estos costes, sumada a la retirada definitiva de las reducciones de IVA que vivimos en años anteriores, podría encarecer la factura media de un hogar español considerablemente.
Si tomamos como referencia una vivienda unifamiliar con un consumo estándar de calefacción (unos 15.000 kWh al año), las previsiones para el periodo 2026-2027 apuntan a un escenario preocupante:
- Coste del Gas: Variable (sujeto a crisis geopolíticas).
- Coste del CO2 (ETS 2): Sobrecoste añadido fijo por cada kWh consumido.
- Resultado: Se estima que una familia podría pagar entre 150€ y 300€ extra al año solo en concepto de tasas climáticas e impuestos asociados, sin haber consumido ni un kWh más de energía que el año anterior.
El dato clave: Mientras que el precio de la electricidad puede bajar a 0€ en horas de sol (gracias a la fotovoltaica), el precio del gas tiene un “suelo” cada vez más alto debido a estos impuestos. El gas nunca volverá a ser tan barato como lo fue en la década pasada.

Aerotermia vs. Gas Natural: La comparativa financiera definitiva
Llegados a este punto (finales de 2025), la decisión de cambiar de sistema ya no es solo ecológica, es puramente financiera. Las calderas de combustibles fósiles son una tecnología a extinguir, y mantenerlas es “tirar el dinero por la chimenea”.
Veamos la comparativa real de eficiencia y gasto:
- La ineficiencia del Gas: Una caldera nueva de condensación tiene un rendimiento, en el mejor de los casos, del 95% o 100%. Por cada 1 kWh de gas que pagas (y que incluye el impuesto al CO2), obtienes 1 kWh de calor.
- La multiplicación de la Aerotermia: Una bomba de calor moderna tiene un rendimiento (COP) de 400% o 500%. Por cada 1 kWh de electricidad que pagas, la máquina te entrega 4 o 5 kWh de calor gratis, robados del aire exterior.
Conclusión financiera: Con la aerotermia no solo te libras del nuevo impuesto ETS 2 (porque no quemas nada), sino que necesitas comprar cuatro veces menos energía para calentar lo mismo.
¿Te preocupa la instalación?
Muchos usuarios retrasan el cambio porque creen que deben levantar el suelo o cambiar toda la instalación. Esto ya no es así. Gracias a los nuevos gases refrigerantes, puedes tener este ahorro manteniendo tus radiadores actuales.
Si quieres saber cómo funciona esta tecnología sin obras, lee nuestro análisis a fondo sobre la Aerotermia R290 y sus ventajas para radiadores.
¿Seguirá habiendo subvenciones para calderas de gas?
Si estás esperando a que salga un “Plan Renove” para cambiar tu vieja caldera de gas por otra de gas nueva, tenemos malas noticias. La normativa europea ha cortado el grifo.
La nueva Directiva de Eficiencia Energética de los Edificios (EPBD) establece explícitamente que los Estados miembros no deben ofrecer incentivos financieros para la instalación de calderas de combustibles fósiles a partir de 2025.
Esto crea un escenario de dos velocidades para 2026:
- Para el Gas: Cero ayudas públicas. Tendrás que pagar el 100% del equipo, el IVA completo y asumir el coste creciente del combustible.
- Para la Aerotermia: Al ser energía renovable, sigue disfrutando de un ecosistema de ayudas potente, que incluye desde deducciones en el IRPF hasta el sistema de CAEs (Certificados de Ahorro Energético), que permite “monetizar” el ahorro de energía que consigues con la reforma.
¿Quieres saber cuánto cuestan estos sistemas? Consulta nuestra página sobre el Precio de la aerotermia y los factores clave que influyen en el presupuesto.
Conclusión: El gas barato es historia, el futuro es eléctrico
El resumen para tu economía doméstica es sencillo. Durante décadas, el gas natural fue una opción barata y cómoda, pero la lucha contra el cambio climático ha cambiado las reglas del juego económico.
Con la entrada del sistema ETS 2 y los nuevos impuestos al carbono, mantener una caldera de gas en 2026 es asumir voluntariamente una “hipoteca energética” con intereses crecientes. Cada año pagarás más por el mismo calor.
La aerotermia no es solo una tecnología más limpia; es un escudo financiero. Te protege de los impuestos al CO2, reduce tu demanda de energía a la cuarta parte y revaloriza tu vivienda en el mercado inmobiliario.
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